Lees sobre ellos todos los días en tus noticias de Facebook, en Twitter, en blogs… están en todas partes. Te siguen en el metro, en casa e incluso hasta el baño, quieres huir de ellos pero no puedes pasar porque se ha convertido casi en un estándar. Por supuesto entenderás que te hablo del famoso “putalic”.
Omnipresentes en la redacción web, los títulos de promoción parecen molestos y agresivos en la forma en que nos hacen hacer clic en los enlaces, y simplemente con el objetivo de inflar las tasas de clics en detrimento de la calidad. Cómo llegamos aquí ? ¿Podemos evitar caer en la trampa del Clickbait? Y sobre todo, ¿es posible hoy en día escribir web sin utilizar Clickbait?
¿Qué es un título Clickbait?
Clickbait, también llamado “Clickbait”, es un término que se utiliza para describir enlaces que intentan atraer a los internautas con títulos publicitados como cebo. En la mayoría de los casos, el título de un enlace clickbait proporcionará poca información sobre el contenido en sí, al tiempo que despertará curiosidad con elementos sensacionales o emocionales. También podemos caracterizar el Clickbait con la pobreza editorial o la falsa promesa escondida en dicho contenido.
Para poner algunos ejemplos, basta con acudir a los “medios” de nueva generación como BuzzFeed, Démotivateur o incluso Minutebuzz, que realmente hacen de clickbait su negocio.
Aquí tenéis títulos para ilustrar que realmente podemos considerar como clickbait:
“¡La foto de este pitbull agradecido abrazando tiernamente a la mujer que le salvó la vida está conmoviendo a todo Internet! »
- “Una madre es capaz de hacer cualquier cosa por sus pequeños… ¡Este conmovedor vídeo de un perro callejero lo demuestra! »
- “Este recién nacido al que le lavan el pelo es probablemente lo más lindo que verás hoy”
Como puede ver, estos titulares intentan manipular al lector jugando con las emociones o exagerando en lugar de simplemente describir lo que realmente está oculto en el contenido.
¿Por qué todos empiezan a clickbait?
Durante el último año, clickbait se ha vuelto cada vez más popular, especialmente en redes sociales como Facebook. Nos encontramos con clickbait en forma de publicaciones, títulos de artículos, pruebas, juegos en línea o vídeos. El clickbait se encuentra, pues, en la mayoría de los medios de comunicación dirigidos a un público amplio y, ahora, incluso en algunos periódicos que quieren mantenerse al día con los gustos del momento.
El entusiasmo de clickbait se explica por su sencillez de implementación en una estrategia editorial. De hecho, no es necesario producir contenido rico que requiera experiencia o recaudación de fondos. La mayoría de las veces, basta con retomar temas que ya existen en otros lugares o acontecimientos actuales para readaptarlos con el deseo de amplificar el mensaje para hacerlo más viral y generar así un efecto buzz.
Pero la razón principal por la que todo el mundo hace putalic es que despierta nuestra curiosidad natural que nos empuja a hacer clic en los titulares con efectos sensacionales o emocionales para descubrir la famosa revelación prometida. Para los medios, esto se traduce en la mayoría de las veces en una generación deslumbrante de tráfico y, por tanto, en un aumento de los ingresos publicitarios.
¿Cuáles son los impactos para los sitios web?
En el lado del sitio y del editor de medios, podemos ver resultados bastante positivos en términos de tasa de clics, aunque los efectos secundarios se pueden sentir rápidamente.
Un efecto sólo a corto plazo
Como se ha explicado anteriormente, un título clickbait tendrá por tanto el efecto de aumentar el tráfico. Por otro lado, el efecto esperado lamentablemente se produce a corto plazo, especialmente si el tema trata un tema de actualidad. Un artículo puede generar así 5.000 visitas, pero esto sólo sucederá en unos pocos días, especialmente si el contenido es decepcionante para el internauta.
Por el contrario, un artículo que trata un tema realmente sustancial podría ser reexplotado por los medios de comunicación e incluso podría tener tráfico recurrente en los motores de búsqueda si el contenido está optimizado para las referencias naturales. Así, y a modo de comparación, este artículo podría generar 500 visitas al mes, no tendrá pérdidas en el tiempo y al final generará más tráfico a largo plazo.
Una alta tasa de rebote
En la web y particularmente en SEO, debes saber que el número de visitas a una página no es necesariamente el factor más importante para estimar su relevancia. En efecto, si no se realiza ninguna interacción después de leer un artículo y el internauta visita el sitio, esta visita se considera un rebote. Lógicamente una página que tiene un alto porcentaje de rebote tiene entonces un mal rendimiento, aunque esto hay que equilibrarlo con los objetivos iniciales.
Una disminución de la credibilidad
Tener muchas visitas no es necesariamente garantía de credibilidad. Si el contenido da la sensación de estar decepcionado con respecto a la promesa del título, es obvio que los lectores tendrán cada vez menos ganas de volver a su sitio.
Otra consecuencia es el riesgo de construir una imagen de “gama baja”. Al ofrecer poco valor añadido, en última instancia crea la imagen de un medio de comunicación que prefiere beneficiarse de la facilidad del reciclaje y del sensacionalismo antes que de la calidad.
¿Es posible atraer internautas sin utilizar clickbait?
Por supuesto, todavía es posible atraer a los internautas de forma muy amplia sin caer en la trampa del clickbait.
Es importante tomarse el tiempo para trabajar su imagen centrándose en contenido de calidad que realmente interese a sus objetivos. La originalidad es entonces fundamental para diferenciarse de los demás. Por ejemplo, So Foot ha logrado tener éxito con su línea editorial poco convencional en el tema tan competitivo del fútbol. Del mismo modo, Vice se ha consolidado en la cultura urbana ofreciendo temas profundos y documentados.
Por lo tanto, podemos muy bien atraer a la multitud sin hacer ningún escándalo. Sólo hay que pensar un poco en la persona detrás de la pantalla proporcionando contenido real evitando mentir en el embalaje.
